Copio y pego este correo de Iwetel
Vigilancia tecnológica, inteligencia competitiva, inteligencia empresarial son conceptos que paulatinamente se van incorporando al vocabulario habitual de la gestión empresarial, y a pesar de las dificultades que conlleva su aplicación práctica lo cierto es que tras largos años de introducción lenta iniciada a comienzos de los noventa, la práctica de la vigilancia tecnológica y la inteligencia competitiva está despegando en España.
En este contexto, desde el blog de la Asociación Española de Documentación e Información (SEDIC) durante el pasado mes de marzo han abordado la vigilancia tecnológica y la inteligencia competitiva http://blog.sedic.es/?tag=tema-del-mes-de-marzo-2009-vigilancia-tecnologica, planteándose aspectos como su demanda en las organizaciones, la preparación de los documentalistas para asumir este rol o las fuentes de información utilizadas.
He realizado un resumen de las aportaciones habidas en este debate en: http://cepymearagon.blogspot.com/2009/04/vigilancia-tecnologica-inteligencia.html
Miguel Ángel del Prado Martínez
Servicio de Documentación y Archivos
Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa Aragonesa (CEPYME ARAGÓN)
C/ Santander, 36, 2ª planta
50010 Zaragoza
Tfno. 976 766060
http://cepymearagon.blogspot.com/
mprado@cepymearagon.es
Todo lo que desconozco y encuentro. Todo lo que me parece curioso. Todo lo que por algún motivo me llama la atención. Todo o casi todo lo relacionado con la Vigilancia Tecnológica y la Inteligencia Competitiva.
jueves, abril 02, 2009
miércoles, abril 01, 2009
"El informe de Brodeck"
Os recomiendo este libro. Me ha sorprendido su redacción. Intenso, pausado y a la vez muy cercano. Conmovedor a la vez que duro y frio. No habia leído nada de este escritor francés. Begoña, la librera de Nova Colon me lo recomendó...y creo que voy a poner en favoritos a Philippe Claudel....;·)
Resumen:
"Galardonada con el prestigioso premio Goncourt des Lycéens 2007 e instalada en las listas de libros más vendidos desde su publicación, esta última novela de Philippe Claudel continúa la senda iniciada en Almas grises: la investigación de los claroscuros del alma humana.
Apenas ha transcurrido un año desde el final de la guerra cuando una muerte rompe la tranquilidad de un pequeño pueblo perdido en las montañas. El único extranjero del lugar, a quien llaman Der Anderer —el Otro, en alemán—, ha sido asesinado y todos los hombres de la localidad se confiesan autores del crimen. Todos menos Brodeck, quien recibe el encargo de redactar un informe sobre lo sucedido «para que quienes lo lean puedan comprender y perdonar». Considerado actualmente uno de los mejores novelistas franceses de su generación, Philippe Claudel renueva su exploración de los recodos más sombríos del ser humano y sus complejos mecanismos. Los escasos detalles sobre el lugar y el tiempo de la acción, el pausado relato del narrador y su peculiar voz, al límite de la ingenuidad, otorgan a la novela la dimensión de una parábola de enorme eficacia e intensidad, a la vez sombría y llena de esperanza"
Resumen:
"Galardonada con el prestigioso premio Goncourt des Lycéens 2007 e instalada en las listas de libros más vendidos desde su publicación, esta última novela de Philippe Claudel continúa la senda iniciada en Almas grises: la investigación de los claroscuros del alma humana.
Apenas ha transcurrido un año desde el final de la guerra cuando una muerte rompe la tranquilidad de un pequeño pueblo perdido en las montañas. El único extranjero del lugar, a quien llaman Der Anderer —el Otro, en alemán—, ha sido asesinado y todos los hombres de la localidad se confiesan autores del crimen. Todos menos Brodeck, quien recibe el encargo de redactar un informe sobre lo sucedido «para que quienes lo lean puedan comprender y perdonar». Considerado actualmente uno de los mejores novelistas franceses de su generación, Philippe Claudel renueva su exploración de los recodos más sombríos del ser humano y sus complejos mecanismos. Los escasos detalles sobre el lugar y el tiempo de la acción, el pausado relato del narrador y su peculiar voz, al límite de la ingenuidad, otorgan a la novela la dimensión de una parábola de enorme eficacia e intensidad, a la vez sombría y llena de esperanza"
martes, marzo 31, 2009
Las debilidades de Google
Interesante post el que aparece publicado en el blog del Documentalista enredado. Las amenazas y debilidades de San Google...
Bajo mi punto de vista, la más grave es la caida de sus servicios en un par de ocasiones en lo que va de año. Esto ha sembrado una duda en los usuarios....¿que haremos si un buen día desaparece Google? ¿O si sus servicios empiezan a ser de pago? Cual es nuestra Googledependencia real? ¿Que garantias tenemos como usuarios? ¿Dónde tenemos la copia de seguridad de todo lo que va bajo "google"?
Bajo mi punto de vista, la más grave es la caida de sus servicios en un par de ocasiones en lo que va de año. Esto ha sembrado una duda en los usuarios....¿que haremos si un buen día desaparece Google? ¿O si sus servicios empiezan a ser de pago? Cual es nuestra Googledependencia real? ¿Que garantias tenemos como usuarios? ¿Dónde tenemos la copia de seguridad de todo lo que va bajo "google"?
MIT faculty open access to their scholarly articles
CAMBRIDGE, Mass., March 20 - In a move aimed at broadening access to MIT's research and scholarship, faculty at the Massachusetts Institute of Technology have voted to make their scholarly articles available to the public for free and open access on the Web.
The new policy, which was approved unanimously at an MIT faculty meeting on Wednesday, March 18 and took immediate effect, emphasizes MIT's commitment to disseminating the fruits of its research and scholarship as widely as possible.
"The vote is a signal to the world that we speak in a unified voice; that what we value is the free flow of ideas," said Bish Sinyal, chair of the MIT Faculty and the Ford International Professor of Urban Development and Planning.
Under the new policy, faculty authors give MIT nonexclusive permission to disseminate their journal articles for open access through DSpace, an open-source software platform developed by the MIT Libraries and Hewlett Packard and launched in 2002. The policy gives MIT and its faculty the right to use and share the articles for any purpose other than to make a profit. Authors may opt out on a paper-by-paper basis.
MIT's policy is the first faculty-driven, university-wide initiative of its kind in the United States. While Harvard and Stanford universities have implemented open access mandates at some of their schools, MIT is the first to fully implement the policy university-wide as a result of a faculty vote. MIT's resolution is built on similar language adopted by the Harvard Faculty of Arts & Sciences in 2008.
"Scholarly publishing has so far been based purely on contracts between publishers and individual faculty authors," said Hal Abelson, the Class of 1922 Prof. of Electrical Engineering & Computer Science and chair of the Ad-Hoc Faculty Committee on Open Access Publishing. "In that system, faculty members and their institutions are powerless. This resolution changes that by creating a role in the publishing process for the faculty as a whole, not just as isolated individuals."
In the current scholarly publishing system, individual authors are required to transfer all or most of their rights to the publisher. Typically publishers will strictly limit access to the work through licensing and charge increasingly high subscription rates back to universities to access the articles. University libraries have faced subscription rates rising at a rate far outpacing inflation. The MIT Libraries, for example, spend more than three times as much on journal subscriptions today than they did in 1986.
"Through this action, MIT faculty have shown great leadership in the promotion of free and open scholarly communication," said MIT Director of Libraries Ann Wolpert, who worked closely with Abelson and others to move the resolution forward. "In the quest for higher profits, publishers have lost sight of the values of the academy. This will allow authors to advance research and education by making their research available to the world."
MIT has long focused on projects and initiatives that encourage the open sharing of knowledge, with the goal of advancing learning and education worldwide. MIT's DSpace repository contains the digital research materials of MIT faculty and researchers and allows them to be saved, searched and shared worldwide. MIT OpenCourseWare (OCW) was launched in 2001 with the goal of making all MIT course materials available, free of charge, to anyone over the World Wide Web. Since then, OCW has shared MIT course materials with more than 50 million visitors worldwide and inspired hundreds of other universities to do the same. The new open access resolution will now remove barriers to making all of MIT's research openly available to the world.
A faculty committee will work with the MIT Libraries to oversee implementation and determine a workflow for adding articles to DSpace. Under the new open access model, potentially thousands of papers published by MIT faculty each year will be added to DSpace and made freely available on the web and accessible through search engines such as Google
The new policy, which was approved unanimously at an MIT faculty meeting on Wednesday, March 18 and took immediate effect, emphasizes MIT's commitment to disseminating the fruits of its research and scholarship as widely as possible.
"The vote is a signal to the world that we speak in a unified voice; that what we value is the free flow of ideas," said Bish Sinyal, chair of the MIT Faculty and the Ford International Professor of Urban Development and Planning.
Under the new policy, faculty authors give MIT nonexclusive permission to disseminate their journal articles for open access through DSpace, an open-source software platform developed by the MIT Libraries and Hewlett Packard and launched in 2002. The policy gives MIT and its faculty the right to use and share the articles for any purpose other than to make a profit. Authors may opt out on a paper-by-paper basis.
MIT's policy is the first faculty-driven, university-wide initiative of its kind in the United States. While Harvard and Stanford universities have implemented open access mandates at some of their schools, MIT is the first to fully implement the policy university-wide as a result of a faculty vote. MIT's resolution is built on similar language adopted by the Harvard Faculty of Arts & Sciences in 2008.
"Scholarly publishing has so far been based purely on contracts between publishers and individual faculty authors," said Hal Abelson, the Class of 1922 Prof. of Electrical Engineering & Computer Science and chair of the Ad-Hoc Faculty Committee on Open Access Publishing. "In that system, faculty members and their institutions are powerless. This resolution changes that by creating a role in the publishing process for the faculty as a whole, not just as isolated individuals."
In the current scholarly publishing system, individual authors are required to transfer all or most of their rights to the publisher. Typically publishers will strictly limit access to the work through licensing and charge increasingly high subscription rates back to universities to access the articles. University libraries have faced subscription rates rising at a rate far outpacing inflation. The MIT Libraries, for example, spend more than three times as much on journal subscriptions today than they did in 1986.
"Through this action, MIT faculty have shown great leadership in the promotion of free and open scholarly communication," said MIT Director of Libraries Ann Wolpert, who worked closely with Abelson and others to move the resolution forward. "In the quest for higher profits, publishers have lost sight of the values of the academy. This will allow authors to advance research and education by making their research available to the world."
MIT has long focused on projects and initiatives that encourage the open sharing of knowledge, with the goal of advancing learning and education worldwide. MIT's DSpace repository contains the digital research materials of MIT faculty and researchers and allows them to be saved, searched and shared worldwide. MIT OpenCourseWare (OCW) was launched in 2001 with the goal of making all MIT course materials available, free of charge, to anyone over the World Wide Web. Since then, OCW has shared MIT course materials with more than 50 million visitors worldwide and inspired hundreds of other universities to do the same. The new open access resolution will now remove barriers to making all of MIT's research openly available to the world.
A faculty committee will work with the MIT Libraries to oversee implementation and determine a workflow for adding articles to DSpace. Under the new open access model, potentially thousands of papers published by MIT faculty each year will be added to DSpace and made freely available on the web and accessible through search engines such as Google
lunes, marzo 30, 2009
Salvador de Madariaga: El gran olvidado
Ayer en La Opinión de la Coruña sale en las primeras páginas hablando de la figura y el legado de Salvador de Madariaga, que bajo mi punto de vista, es uno de los personajes más olvidados en su ciudad natal. Bajo mi punto de vista, uno de los coruñeses más universales, que curiosamente parece condenado al nebuloso mundo donde habitan los grandes personajes ilustres olvidados. Mas reconocido en el resto de Europa que en su propia tierra, tiene un legado desconocido para la mayor parte de la gente.
Ahora parece que se le va a dar una nueva ubicación y un empuje a los documentos que conforman el fondo:
"El Instituto José Cornide iniciará la clasificación y digitalización de las piezas antes de 2010"
Que envidia....como me gustaria ser la persona que catalogases y digitalizase ese fondo...a saber con que nos podemos encontrar!!!!
Ahora parece que se le va a dar una nueva ubicación y un empuje a los documentos que conforman el fondo:
"El Instituto José Cornide iniciará la clasificación y digitalización de las piezas antes de 2010"
Que envidia....como me gustaria ser la persona que catalogases y digitalizase ese fondo...a saber con que nos podemos encontrar!!!!
Dia Internacional del Libro Infantil: the shop arround the corner
Me quedo con la libreria de "La vuelta de la esquina" de la película "Tienes un email" (la pelicula no la recomiendo...allá cada uno).
Me quedo con estos títulos:
Donde viven los monstruos
Garbancito
Cando Martiño tivo ganas de mexar na noite de reis
Cuentos en verso para niños perversos
Y copio y pego esta noticia de "El País":
Érase otra vez...
La literatura infantil se renueva, pero los superventas son los clásicos de siempre, como 'Caperucita' - El miedo atávico a la soledad, el abandono o la violación no tiene sustituto
Érase una vez y otra y otra que Caperucita llegó a casa de su abuelita y... La literatura infantil se renueva con grandes ilustradores, pero los superventas siguen siendo los cuentos de siempre en múltiples versiones. ¿Los niños eligen los clásicos o son los padres los que transmiten cuentos que ya les narraron sus abuelos
España es uno de los países europeos que más literatura infantil editan, aunque en los quioscos siguen ocupando lugar preferente los cuentos troquelados de La ratita presumida. Los clásicos, muchos de ellos de tradición oral y recopilados por los grandes maestros, como Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm o Charles Perrault, conviven con una amplia producción contemporánea de calidad nacional e internacional.
"Todos vivimos al margen de la literatura infantil hasta que tenemos un niño cerca, y entonces se recurre a las referencias del pasado, pero si das un paso descubres los cuentos actuales", dice Pep Molist, crítico literario. El relato infantil vive un buen momento, resurge la figura del cuentacuentos y se crean novedades. Sin embargo, nada ni nadie puede superar al lobo, la bruja y la madrastra. Son representaciones del conflicto, y sin conflicto no hay cuento.
"Los cuentos tradicionales son un buen instrumento para conducir los conflictos inconscientes. El niño se encontrará, cuando lee Pulgarcito, con los sentimientos de pequeñez e impotencia; con el sentimiento de abandono en Hansel y Gretel, con la envidia en Blancanieves, con los celos en Cenicienta...", explica la psicóloga clínica Beatriz Azagra.
Los padres cada vez tienen menos tiempo para contar y menos tiempo para la imaginación. "La sociedad actual requiere dedicación al trabajo, a las compras, al ocio... y realmente el momento para disfrutar con los hijos es muy poquito, aunque es cierto que hay una nueva generación de madres muy preocupadas que ya buscan el cuento antes de tener a su bebé", explica Numancia Rojas, experta en el arte de contar y enseñar a contar. "La crisis tiene algo bueno: vamos a tener que recurrir a lo ancestral, a la conversación en familia".
En la casa de la ilustradora Roser Capdevila hay mucha luz y detalles de las famosas trillizas de su creación en cada rincón. Cuando no se trata de dibujos, son fotos de sus hijas, las reales. "Los clásicos son patrimonio de la humanidad", reivindica. "No son de un autor concreto". La prueba de que los cuentos populares no entienden de fronteras la tiene en su propia experiencia. "Hace años me invitaron a Japón y expliqué un cuento en una de las escuelas. Son niños muy receptivos. Mediante dibujos les conté el cuento de Pulgarcito, y resultó que ellos lo conocían exactamente igual. A Pulgarcito se lo comía un buey".
Los clásicos se reeditan continuamente. Las editoriales apuestan por las nuevas creaciones, pero también juegan con la nostalgia. Una de las últimas colecciones son los Cuentos inolvidables, de Ferrándiz, con títulos como Mari Pili en biscúter y El Urbano Ramón.
"Desde el punto de vista comercial funciona la nostalgia del pasado. Los compran los que eran niños hace 30 o 40 años, o los abuelos y abuelas", explica Virgilio Ortega, director editorial de Planeta DeAgostini.
Ortega defiende también la creación de nuevas historias. "En estos momentos estoy en Bolonia -la mayor feria mundial de literatura infantil- y salgo de una exposición de ilustradores infantiles. Son auténticos artistas. Enmarcaría esos dibujos y los pondría en mi casa. Y no están llegando tanto como se merece", exclama desde el otro lado del teléfono. "Se están creando libros muy buenos, pero no todos se están promocionando", lamenta Ortega.
La facturación anual del sector de literatura infantil y juvenil fue de 330 millones de euros en 2008, lo que supone un crecimiento en los últimos cuatro años del 21%.
Thule es una de las editoriales que tratan de innovar. José Díaz, su editor, se queja de que el mercado "es un tanto conservador". Ellos apuestan por los cuentos de nueva creación, aunque también se apuntan a los clásicos versionados. Tienen un cuento que se llama La boca del lobo, la historia explicada desde el punto de vista del lobo de Caperucita, que reconoce apenado que todo fue un accidente. "No está mal que se cuenten de nuevo los clásicos, pero nosotros buscamos otra cosa. España está en un primer nivel mundial en ilustración, pero en cuanto a la letra existe la creencia de que el texto para niños es un texto para tontos", remarca Díaz.
Otro de los cuentos editados por Thule se llama El libro inclinado, de Peter Newell (EE UU, 1912). Es la historia del carrito de un bebé que se le escapa a su madre y va atropellando a todo el mundo. "Es curioso ver cómo una historia de entonces es tan moderna". Se lo pueden preguntar a Caperucita Roja, tantos años repetida.
Numancia Rojas defiende esta primera versión de la historia: "En la época de Luis XIV se produjeron una serie de violaciones en los campos de las poblaciones cercanas a París. Las víctimas eran adolescentes. Alguien inventó a Caperucita Roja para asustar a esas jóvenes y evitar así que fueran al bosque. Si realmente querían inventar un cuento maravilloso, ¿por qué el lobo espera a Caperucita en la cama y no se la come en el bosque? El rojo de su vestido simboliza la adolescencia, cuando llega la menstruación".
Otro, Antonio Rodríguez Almodóvar, ha publicado La verdadera historia de Caperucita, en la que el leñador no salva a nadie, sino que la niña se da cuenta de que quien está en la cama es el lobo. En esta historia no existe la figura del macho-salvador de ninfas inocentes.
Cada país tiene sus preferencias. En España, los favoritos son Caperucita Roja, Cenicienta, Las siete cabritillas, Los tres cerditos, Blancanieves, La ratita presumida, Hansel y Gretel y La Bella Durmiente, enumera Teresa Tellechea, editora de SM. En Reino Unido, uno de los más solicitados es Ricitos de Oro y los tres osos; en Francia, La princesa y el guisante, mientras que en Alemania gusta Hansel y Gretel.
Las editoriales se repiten con los títulos, pero no más que los niños. ¿Por qué el niño se obsesiona con el mismo cuento? Lo pide uno y otra vez, semana tras semana. Los padres buscan distraer su atención, le ofrecen otros títulos, van juntos a la librería, pero no hay remedio. El niño quiere ese cuento.
"Hay niños que se enganchan con determinados cuentos o con determinadas películas. No hay que preocuparse. Les tranquiliza escuchar o ver siempre lo mismo. Al niño la incertidumbre no le gusta, le inquieta. Como ya sabe que va a acabar bien, tiene un control sobre esa angustia", explica Arancha Fernández, psicóloga clínica del hospital madrileño La Paz.
Al memorizar el cuento, el niño puede construir un primer andamiaje mental, algo así como formatear el disco duro. Es importante contarles siempre de la misma forma la historia para su seguridad mental, por eso protestan cuando se les varía una coma.
Los cuentos de hadas, según Azagra, permiten al niño disociar los sentimientos y manejar la ambivalencia. Existen las hadas y la madrastra, el príncipe y el lobo, pueden disociar en personajes buenos y malos y manejarse con ellos, de la misma forma que deberá hacer con sus sentimientos.
El estilo políticamente correcto también influye en el cuento. No todo el mundo sabe que la madrastra intentó matar a Blancanieves tres veces. Antes de la manzana envenenada, lo había probado con una púa de peine envenenada; tras su fracaso la quiso estrangular con un lazo rojo. Ésa es la verdad verdadera, pero la versión de Disney lo ha dejado en sólo dos intentos. Y la cosa no acabó con beso en la versión popular. Los enanitos llevaban a Blancanieves en una caja de cristal, y uno de ellos tropezó. Con el golpe, Blancanieves expulsó el trozo de manzana y despertó.
"Explicamos siempre los mismos cuentos, y en versiones apócrifas. La educación exige que todo sea políticamente correcto, pero a pesar de todo no puedes evitar que los niños se enamoren de los Simpson y de Shin Chan. Puedes crecer en un mundo de algodón, pero te aburres. Ha habido dos épocas políticamente correctas, la época victoriana y ahora, que vivimos una época en que los cuentos son políticamente correctos", explica la profesora universitaria Teresa Durán.
La profesora de edición de literatura infantil Estrella Borrego considera que los cuentos pueden hablar de todo, "también de la crueldad". "El secreto está en el cómo y, eso sí, el final siempre tiene que ser positivo, esperanzador. En cualquier caso, la censura la ejerce el propio lector. Los niños saben muy bien lo que les gusta y por qué. Y odian las mentiras", afirma.
Los padres y los maestros son los que tienen que elegir. Ellos tienen la responsabilidad. "Echo de menos que la literatura infantil no sea una asignatura obligatoria en Ciencias de la Educación", dice Carme Gil, escritora de relatos para los más pequeños. La semana pasada publicó su quincuagésimo noveno libro, El tesoro de la laguna. Su cuento favorito, sin embargo, es La ratita presumida, porque siempre se lo contaba su madre.
Los padres pueden confiar en el librero para abordar la nueva literatura infantil. "El problema está en seleccionar entre todo lo que se edita. Generalmente no se elige el mejor producto, sino el que más se publicita", añade Gil. Y aquí es donde entra el poderoso y omnipresente mundo de Disney, capaz de cautivar al niño. "Disney hace su labor. Las ilustraciones son fantásticas, pero los textos son ñoños. Los niños conocen los clásicos por Disney, y es una versión parcial y generalmente censurada. El problema de la literatura infantil es que se considera a los niños tontos y sufre censura por parte de las editoriales y también por parte de los padres", explica Gil.
En Disney aseguran que su mundo es igual a fantasía. "No se trata de endulzar o no, sino de hacer que los niños también disfruten de la imaginación, donde todo puede pasar", dice una portavoz.
El clásico de animación La Bella Durmiente ha celebrado este año el 50º aniversario convertido en un icono del imperio que montó Walt Disney. La historia de la princesa Aurora es uno de los grandes éxitos de los estudios estadounidenses. Prueba de que Aurora emociona son sus seguidores en la red social Facebook, donde esta princesa cuenta con más de 13.000 fans, dos mil más que Blancanieves, que también habita en Internet.
La ilustradora alemana Stefanie Pfeil defiende las historias del pasado. Ella nació muy cerca de Kassel, donde crecieron los Grimm. "Eran tan brillantes que vale la pena que se conozcan".
Cada vez más se recurre al cuentacuentos, una figura que siempre ha existido, pero que ahora se profesionaliza. Diego Magdaleno lleva 12 años en ello. Curiosamente, no cuenta las mismas historias a su hija que a su público. "Es necesario que haya un personaje malo, algo que se tiende a evitar, pero eso no es bueno. En la vida hay lobos. Los personajes malos no pueden desaparecer". Su hija Candela siempre le pide Caperucita Roja. Él prefiere otro, el cuento de Paco, un ratón que viaja a la Luna y allí descubre que no es un queso y colorín colorado este cuento se ha acabado
Me quedo con estos títulos:
Donde viven los monstruos
Garbancito
Cando Martiño tivo ganas de mexar na noite de reis
Cuentos en verso para niños perversos
Y copio y pego esta noticia de "El País":
Érase otra vez...
La literatura infantil se renueva, pero los superventas son los clásicos de siempre, como 'Caperucita' - El miedo atávico a la soledad, el abandono o la violación no tiene sustituto
Érase una vez y otra y otra que Caperucita llegó a casa de su abuelita y... La literatura infantil se renueva con grandes ilustradores, pero los superventas siguen siendo los cuentos de siempre en múltiples versiones. ¿Los niños eligen los clásicos o son los padres los que transmiten cuentos que ya les narraron sus abuelos
España es uno de los países europeos que más literatura infantil editan, aunque en los quioscos siguen ocupando lugar preferente los cuentos troquelados de La ratita presumida. Los clásicos, muchos de ellos de tradición oral y recopilados por los grandes maestros, como Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm o Charles Perrault, conviven con una amplia producción contemporánea de calidad nacional e internacional.
"Todos vivimos al margen de la literatura infantil hasta que tenemos un niño cerca, y entonces se recurre a las referencias del pasado, pero si das un paso descubres los cuentos actuales", dice Pep Molist, crítico literario. El relato infantil vive un buen momento, resurge la figura del cuentacuentos y se crean novedades. Sin embargo, nada ni nadie puede superar al lobo, la bruja y la madrastra. Son representaciones del conflicto, y sin conflicto no hay cuento.
"Los cuentos tradicionales son un buen instrumento para conducir los conflictos inconscientes. El niño se encontrará, cuando lee Pulgarcito, con los sentimientos de pequeñez e impotencia; con el sentimiento de abandono en Hansel y Gretel, con la envidia en Blancanieves, con los celos en Cenicienta...", explica la psicóloga clínica Beatriz Azagra.
Los padres cada vez tienen menos tiempo para contar y menos tiempo para la imaginación. "La sociedad actual requiere dedicación al trabajo, a las compras, al ocio... y realmente el momento para disfrutar con los hijos es muy poquito, aunque es cierto que hay una nueva generación de madres muy preocupadas que ya buscan el cuento antes de tener a su bebé", explica Numancia Rojas, experta en el arte de contar y enseñar a contar. "La crisis tiene algo bueno: vamos a tener que recurrir a lo ancestral, a la conversación en familia".
En la casa de la ilustradora Roser Capdevila hay mucha luz y detalles de las famosas trillizas de su creación en cada rincón. Cuando no se trata de dibujos, son fotos de sus hijas, las reales. "Los clásicos son patrimonio de la humanidad", reivindica. "No son de un autor concreto". La prueba de que los cuentos populares no entienden de fronteras la tiene en su propia experiencia. "Hace años me invitaron a Japón y expliqué un cuento en una de las escuelas. Son niños muy receptivos. Mediante dibujos les conté el cuento de Pulgarcito, y resultó que ellos lo conocían exactamente igual. A Pulgarcito se lo comía un buey".
Los clásicos se reeditan continuamente. Las editoriales apuestan por las nuevas creaciones, pero también juegan con la nostalgia. Una de las últimas colecciones son los Cuentos inolvidables, de Ferrándiz, con títulos como Mari Pili en biscúter y El Urbano Ramón.
"Desde el punto de vista comercial funciona la nostalgia del pasado. Los compran los que eran niños hace 30 o 40 años, o los abuelos y abuelas", explica Virgilio Ortega, director editorial de Planeta DeAgostini.
Ortega defiende también la creación de nuevas historias. "En estos momentos estoy en Bolonia -la mayor feria mundial de literatura infantil- y salgo de una exposición de ilustradores infantiles. Son auténticos artistas. Enmarcaría esos dibujos y los pondría en mi casa. Y no están llegando tanto como se merece", exclama desde el otro lado del teléfono. "Se están creando libros muy buenos, pero no todos se están promocionando", lamenta Ortega.
La facturación anual del sector de literatura infantil y juvenil fue de 330 millones de euros en 2008, lo que supone un crecimiento en los últimos cuatro años del 21%.
Thule es una de las editoriales que tratan de innovar. José Díaz, su editor, se queja de que el mercado "es un tanto conservador". Ellos apuestan por los cuentos de nueva creación, aunque también se apuntan a los clásicos versionados. Tienen un cuento que se llama La boca del lobo, la historia explicada desde el punto de vista del lobo de Caperucita, que reconoce apenado que todo fue un accidente. "No está mal que se cuenten de nuevo los clásicos, pero nosotros buscamos otra cosa. España está en un primer nivel mundial en ilustración, pero en cuanto a la letra existe la creencia de que el texto para niños es un texto para tontos", remarca Díaz.
Otro de los cuentos editados por Thule se llama El libro inclinado, de Peter Newell (EE UU, 1912). Es la historia del carrito de un bebé que se le escapa a su madre y va atropellando a todo el mundo. "Es curioso ver cómo una historia de entonces es tan moderna". Se lo pueden preguntar a Caperucita Roja, tantos años repetida.
Numancia Rojas defiende esta primera versión de la historia: "En la época de Luis XIV se produjeron una serie de violaciones en los campos de las poblaciones cercanas a París. Las víctimas eran adolescentes. Alguien inventó a Caperucita Roja para asustar a esas jóvenes y evitar así que fueran al bosque. Si realmente querían inventar un cuento maravilloso, ¿por qué el lobo espera a Caperucita en la cama y no se la come en el bosque? El rojo de su vestido simboliza la adolescencia, cuando llega la menstruación".
Otro, Antonio Rodríguez Almodóvar, ha publicado La verdadera historia de Caperucita, en la que el leñador no salva a nadie, sino que la niña se da cuenta de que quien está en la cama es el lobo. En esta historia no existe la figura del macho-salvador de ninfas inocentes.
Cada país tiene sus preferencias. En España, los favoritos son Caperucita Roja, Cenicienta, Las siete cabritillas, Los tres cerditos, Blancanieves, La ratita presumida, Hansel y Gretel y La Bella Durmiente, enumera Teresa Tellechea, editora de SM. En Reino Unido, uno de los más solicitados es Ricitos de Oro y los tres osos; en Francia, La princesa y el guisante, mientras que en Alemania gusta Hansel y Gretel.
Las editoriales se repiten con los títulos, pero no más que los niños. ¿Por qué el niño se obsesiona con el mismo cuento? Lo pide uno y otra vez, semana tras semana. Los padres buscan distraer su atención, le ofrecen otros títulos, van juntos a la librería, pero no hay remedio. El niño quiere ese cuento.
"Hay niños que se enganchan con determinados cuentos o con determinadas películas. No hay que preocuparse. Les tranquiliza escuchar o ver siempre lo mismo. Al niño la incertidumbre no le gusta, le inquieta. Como ya sabe que va a acabar bien, tiene un control sobre esa angustia", explica Arancha Fernández, psicóloga clínica del hospital madrileño La Paz.
Al memorizar el cuento, el niño puede construir un primer andamiaje mental, algo así como formatear el disco duro. Es importante contarles siempre de la misma forma la historia para su seguridad mental, por eso protestan cuando se les varía una coma.
Los cuentos de hadas, según Azagra, permiten al niño disociar los sentimientos y manejar la ambivalencia. Existen las hadas y la madrastra, el príncipe y el lobo, pueden disociar en personajes buenos y malos y manejarse con ellos, de la misma forma que deberá hacer con sus sentimientos.
El estilo políticamente correcto también influye en el cuento. No todo el mundo sabe que la madrastra intentó matar a Blancanieves tres veces. Antes de la manzana envenenada, lo había probado con una púa de peine envenenada; tras su fracaso la quiso estrangular con un lazo rojo. Ésa es la verdad verdadera, pero la versión de Disney lo ha dejado en sólo dos intentos. Y la cosa no acabó con beso en la versión popular. Los enanitos llevaban a Blancanieves en una caja de cristal, y uno de ellos tropezó. Con el golpe, Blancanieves expulsó el trozo de manzana y despertó.
"Explicamos siempre los mismos cuentos, y en versiones apócrifas. La educación exige que todo sea políticamente correcto, pero a pesar de todo no puedes evitar que los niños se enamoren de los Simpson y de Shin Chan. Puedes crecer en un mundo de algodón, pero te aburres. Ha habido dos épocas políticamente correctas, la época victoriana y ahora, que vivimos una época en que los cuentos son políticamente correctos", explica la profesora universitaria Teresa Durán.
La profesora de edición de literatura infantil Estrella Borrego considera que los cuentos pueden hablar de todo, "también de la crueldad". "El secreto está en el cómo y, eso sí, el final siempre tiene que ser positivo, esperanzador. En cualquier caso, la censura la ejerce el propio lector. Los niños saben muy bien lo que les gusta y por qué. Y odian las mentiras", afirma.
Los padres y los maestros son los que tienen que elegir. Ellos tienen la responsabilidad. "Echo de menos que la literatura infantil no sea una asignatura obligatoria en Ciencias de la Educación", dice Carme Gil, escritora de relatos para los más pequeños. La semana pasada publicó su quincuagésimo noveno libro, El tesoro de la laguna. Su cuento favorito, sin embargo, es La ratita presumida, porque siempre se lo contaba su madre.
Los padres pueden confiar en el librero para abordar la nueva literatura infantil. "El problema está en seleccionar entre todo lo que se edita. Generalmente no se elige el mejor producto, sino el que más se publicita", añade Gil. Y aquí es donde entra el poderoso y omnipresente mundo de Disney, capaz de cautivar al niño. "Disney hace su labor. Las ilustraciones son fantásticas, pero los textos son ñoños. Los niños conocen los clásicos por Disney, y es una versión parcial y generalmente censurada. El problema de la literatura infantil es que se considera a los niños tontos y sufre censura por parte de las editoriales y también por parte de los padres", explica Gil.
En Disney aseguran que su mundo es igual a fantasía. "No se trata de endulzar o no, sino de hacer que los niños también disfruten de la imaginación, donde todo puede pasar", dice una portavoz.
El clásico de animación La Bella Durmiente ha celebrado este año el 50º aniversario convertido en un icono del imperio que montó Walt Disney. La historia de la princesa Aurora es uno de los grandes éxitos de los estudios estadounidenses. Prueba de que Aurora emociona son sus seguidores en la red social Facebook, donde esta princesa cuenta con más de 13.000 fans, dos mil más que Blancanieves, que también habita en Internet.
La ilustradora alemana Stefanie Pfeil defiende las historias del pasado. Ella nació muy cerca de Kassel, donde crecieron los Grimm. "Eran tan brillantes que vale la pena que se conozcan".
Cada vez más se recurre al cuentacuentos, una figura que siempre ha existido, pero que ahora se profesionaliza. Diego Magdaleno lleva 12 años en ello. Curiosamente, no cuenta las mismas historias a su hija que a su público. "Es necesario que haya un personaje malo, algo que se tiende a evitar, pero eso no es bueno. En la vida hay lobos. Los personajes malos no pueden desaparecer". Su hija Candela siempre le pide Caperucita Roja. Él prefiere otro, el cuento de Paco, un ratón que viaja a la Luna y allí descubre que no es un queso y colorín colorado este cuento se ha acabado
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